Autor: Marcos Pereira Cofré
Fecha: 12 de marzo de 2025
Resumen
Chile se propuso alcanzar la carbono neutralidad de su matriz energética al año 2050 como objetivo en su contribución nacional determinada NDC para el Acuerdo de París. En este sentido, el país ha comenzado una progresiva reducción de emisiones de gases de efecto invernadero GEI, incluyendo energías renovables y descarbonizando su matriz energética. Sin embargo, el sector energía es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de GEI en Chile, por lo que es de vital importancia acelerar los procesos de descarbonización y adición de energías renovables en todo el país.
Pero antes… ¿Cuánta energía consume Chile?
Según el balance energético proporcionado por Energía Abierta de la Comisión Nacional de Energía (CNE), en 2022 Chile ha consumido de forma primaria cerca de 400 TWh.
Cabe resaltar la gran importancia de las fuentes no renovables en el consumo energético nacional, siendo visible el aporte del petróleo, carbón y gas a la oferta total energética. También, al revisar el balance de forma histórica, aproximadamente desde el año 2015 se logra identificar el ingreso y crecimiento progresivo de las fuentes renovables no convencionales (Solar y Eólica), sin embargo, estas aún no tienen una participación significativa como fuentes primarias de energía.
Gráfico 1: “Evolución del consumo energético primario de Chile en TWh en el periodo 2000-2023”. La fuente “Otras renovables” corresponde a Biomasa, Biocombustibles y Geotérmica. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CNE.
¿Cuánto de esto se utiliza para generar electricidad en Chile?
El consumo energético primario es la cantidad total de energía disponible en Chile. Gran parte de esta energía se utiliza para generar electricidad, que luego llega a los consumidores finales. Por eso, cuando hablamos de consumo energético, es importante considerar también la generación eléctrica.
Según el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), el año 2022 se generaron cerca de 80.000 GWh de electricidad. Donde las principales fuentes de generación fueron el Carbón, el Gas Natural y la Hidroelectricidad. Por su parte, las fuentes renovables no convencionales más importantes son Eólica y Solar, que suman un 27% de participación.
Gráfico 2: “Distribución de la generación eléctrica por fuente en el año 2022”. Fuente: Elaboración propia en base a datos del CEN.
Y ahora, ¿Cuántos GEI emite Chile?
Chile cuenta con un Sistema Nacional de Inventarios de Gases de Efecto Invernadero (SNI Chile), donde se reportan las emisiones de gases de efecto invernadero de forma histórica y por sector. De acuerdo con el inventario, el año 2022 en Chile se emitieron en total 111,05 millones de toneladas de CO2 equivalente (MtCO2e). Al considerar las capturas de GEI por parte del sector “Uso de la tierra, cambio del uso de la tierra y silvicultura” o UTCUTS, las emisiones netas de GEI se traducen en 54,37 MtCO2e.
A lo largo de la evolución histórica, se observa una tendencia creciente en la curva de emisiones netas. Esto se debe a la estrecha relación entre el aumento de las emisiones y el crecimiento del país, ya que un mayor desarrollo económico conlleva un incremento en el consumo energético. En el caso de Chile, donde la matriz energética aún depende en gran medida de fuentes no renovables, este aumento en la demanda de energía se traduce en una mayor generación de gases de efecto invernadero (GEI). Así, el crecimiento económico y el consumo energético están directamente vinculados al incremento de las emisiones nacionales.
Gráfico 3: “Evolución de emisiones de GEI por sector en MtCO2e para el periodo 2000-2022”. Fuente: Elaboración propia en base a datos del SNI Chile.
El sector Energía como un desafío pero también como una oportunidad para Chile
Tal como se mencionó antes, el consumo energético está estrechamente relacionado al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, el año 2022 el sector Energía en Chile representó un 76% de las emisiones totales de GEI. Además, es notable la trascendencia histórica de la participación del sector energético en las emisiones totales, por lo que se entiende como un sector indispensable a la hora de hablar de las emisiones de GEI en Chile.
Esta situación representa tanto un desafío como una oportunidad para Chile. Es un desafío, dado que gran parte de la matriz energética es dependiente de combustibles fósiles y representa la mayoría de las emisiones de GEI del país. Sin embargo, es también gracias a esto último que se le ve como una oportunidad de mejora en cuanto a la reducción de emisiones de GEI.
Gráfico 4: “Evolución de emisiones de GEI sector Energía en MtCO2e para el periodo 2000-2022”. Fuente: Elaboración propia en base a datos del SNI Chile.
¿Qué está haciendo Chile frente a esta problemática?
El Acuerdo de París establece en materia de mitigación alcanzar lo antes posible un peak de emisiones de GEI y lograr la carbono neutralidad al 2050. Con respecto a esto, Chile actualizó su Contribución Nacional Determinada (NDC) el año 2020, donde su objetivo principal es reducir las emisiones con miras a la neutralidad al 2050, tal como lo indica su Ley Marco de Cambio Climático. Para esto, una de las acciones principales es alcanzar una matriz energética libre de emisiones de GEI, es decir, descarbonizar la matriz y dotarla de fuentes renovables principalmente solar y eólica, dada la riqueza de estos recursos energéticos en Chile.
De acuerdo con la evolución del consumo energético primario de Chile, se puede ver que existe un aumento de las fuentes renovables. Sin embargo, estas siguen siendo menores a las fuentes no renovables, en efecto, tan solo el 41% del consumo energético primario en Chile fue a partir de fuentes renovables.
Gráfico 5: “Evolución del consumo energético primario por tipo de fuente en TWh para el periodo 2000-2023”. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la CNE.
Finalmente, es de vital importancia impulsar las tecnologías renovables no convencionales para lograr los objetivos propuestos por Chile, tanto en la contribución nacional a las emisiones globales de GEI, como en el desarrollo de una matriz robusta frente a las solicitudes en materia de mitigación y adaptación al cambio climático en las que el país está inmerso.